17 de octubre de 2103
comentario sobre la crónica 300 días en Afganistán
300 días en Afganistán es un sorprendente texto
que relata la experiencia de una Gineco-obstetra
colombiana, Natalia Aguirre, ejerciendo su profesión en una cultura poco entendida por occidente; fuerte,
para nosotros, en el trato hacia las mujeres. Natalia relata sus vivencias en
medio de una religión de pensamiento extremista, un clima árido y una inmensa escasees
de recursos para la atención médica de mujeres y niños afganos entre muchas
otras impactantes circunstancias.
A pesar de ser un texto largo, se torna
envolvente conocer las enfermedades, la alimentación, el trato hacia las
mujeres, la económica, las reglas, las restricciones y hasta las formas de diversión
de una nación condenada a la guerra durante tantos años. No puedo aún
comprender si se trata de injusticias, explotación, ignorancia o machismo lo
que sucede con la población femenina afgana o, si simplemente es un tema
cultural que occidente no alcanza a comprender.
Como en todas las historias siempre hay cosas
buenas. La amabilidad de las afganos es una cualidad notaria en el relato de
Natalia; compara la hospitalidad que le brindaron estas personas con la calidad
humana que caracteriza los habitantes de Medellín, su tierra natal. Durante mi
lectura di gracias por hacer parte de una cultura diferente, quizá más
igualitaria, pero al finalizar mi reflexión fue ¿será que a una mujer afgana le
hubiese gustado nacer en otra cultura? ¿le gustaría prepararse como
profesional, enfrentar una vida labora? ¿ser madre soltera? Vuelvo entonces a
pensar que el impacto de esta historia en tan solo un choque cultural.
Carolina Aguirre Hernández
Cibergrafía
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