lunes, 21 de octubre de 2013

300 días en Afganistán

17 de octubre de 2103
comentario sobre la crónica 300 días en Afganistán

300 días en Afganistán es un sorprendente texto que relata la experiencia de una   Gineco-obstetra colombiana, Natalia Aguirre, ejerciendo su profesión en una  cultura poco entendida por occidente; fuerte, para nosotros, en el trato hacia las mujeres. Natalia relata sus vivencias en medio de una religión de pensamiento extremista, un clima árido y una inmensa escasees de recursos para la atención médica de mujeres y niños afganos entre muchas otras impactantes circunstancias.

Al iniciar la lectura de un texto  como estos ya no puedes despegar los ojos de cada una de las letras, que cuenta historias imaginables. Como lectora quedé sorprendida al saber que existe un rincón en el mundo donde no se puede salir a la calle en la noche porque la fuerza pública te dispara, donde hasta el excremento humano debe ser reciclado a falta de recursos naturales, donde son pocas las horas con energía eléctrica, donde las mujeres solo son vistas como un aparato reproductor, ah y lo que es peor, solo es bienvenido el bebé si es varón.

A pesar de ser un texto largo, se torna envolvente conocer las enfermedades, la alimentación, el trato hacia las mujeres, la económica, las reglas, las restricciones y hasta las formas de diversión de una nación condenada a la guerra durante tantos años. No puedo aún comprender si se trata de injusticias, explotación, ignorancia o machismo lo que sucede con la población femenina afgana o, si simplemente es un tema cultural que occidente no alcanza a comprender.

Como en todas las historias siempre hay cosas buenas. La amabilidad de las afganos es una cualidad notaria en el relato de Natalia; compara la hospitalidad que le brindaron estas personas con la calidad humana que caracteriza los habitantes de Medellín, su tierra natal. Durante mi lectura di gracias por hacer parte de una cultura diferente, quizá más igualitaria, pero al finalizar mi reflexión fue ¿será que a una mujer afgana le hubiese gustado nacer en otra cultura? ¿le gustaría prepararse como profesional, enfrentar una vida labora? ¿ser madre soltera? Vuelvo entonces a pensar que el impacto de esta historia en tan solo un choque cultural.  

Carolina Aguirre Hernández

Cibergrafía

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